Un proyecto de obra civil es la labor de ingenieros y arquitectos que buscan desarrollar las construcciones destinadas para el servicio público. Su función es, por consiguiente, la de construir, realizar diseños y crear un entorno idóneo para la sociedad. En este contexto, se incluyen las obras viales, puentes, aeropuertos, ferrocarriles y alcantarillado entre otros.
Las obras civiles que desarrollan los ingenieros vienen definidas mediante el cálculo, la geometría, la mecánica, la física, la hidráulica y una correcta evaluación de los riesgos que supone la construcción.
Las obras de civiles de gran tamaño son complejas, por lo que requieren una enorme cantidad de materiales, personal cualificado e instalaciones de montaje y suministros. Si se está preguntando cuáles son las características que tiene que enfrentar toda empresa de construcción frente a un megaproyecto, son las siguientes:
La magnitud de los trabajos requiere de acciones conjuntas en cuanto a la realización de las diferentes tareas..
Salvo pequeñas excepciones, el tiempo de ejecución reflejado en los proyectos civiles suele extenderse por meses o años, cuestión que va a depender de la envergadura de la obra y posibles complicaciones.
Todo proyecto voluminoso necesita de una supervisión múltiple para poder controlar, gestionar y dirigir las diferentes áreas de la obra.
Dentro del mismo proyecto, se realizan divisiones priorizando las necesidades más urgentes. En este marco, habrá labores que se comporten como proyectos menores.
A mayor tamaño de obra a ejecutar, mayores son los gastos para comprar materiales, maquinaria y contratar personal cualificado. En España, construir un kilómetro de autovía simple con doble calzada puede costar entre 3 y 20 millones de euros.
Las etapas de un proyecto sirven para garantizar el éxito de las obras y mostrar los pasos que toda construcción debe seguir para llegar a buen término. Cada proyecto es un mundo y depende de muchos factores: la envergadura de la obra, el presupuesto, la fecha de entrega. A continuación, se muestran las etapas generales.
Analizar el proyecto para determinar el impacto, la naturaleza de las obras y si es relevante para comenzar su puesta en marcha.
Se establecen los objetivos del proyecto y se identifican las soluciones que permitan hacer frente a las necesidades civiles.
El estudio de viabilidad sirve para evaluar y tener el control de los diferentes aspectos de un proyecto. El análisis determina si el proyecto cumple los requisitos técnicos, medioambientales, legislativos y económicos y si cumplirá con las expectativas esperadas a lo largo del tiempo.
Un proyecto de obra complejo debe analizar las opciones de financiación de manera meticulosa, estipulando si se financiará mediante recursos fiscales o a partir de una asociación pública y privada. Aquí es donde se analizan subvenciones, préstamos, créditos y similares.
Mediante un asesor, se lleva a cabo el plan de acción que comprende todas las etapas de la obra: se definen los cimientos, el montaje de estructuras, instalaciones, presupuesto y se realiza un cronograma.
En la planificación, viene incluido el diseño con los primeros planos de la obra basados en la viabilidad.
Un organismo público puede realizar un concurso para otorgar mediante un proceso de selección la adquisición de un determinado proyecto. Se valoran los costes, los plazos de ejecución, los materiales y, en general, se aceptarán las empresas de construcción que presenten mayores ventajas.
Es la etapa final de todo proyecto. Consiste en la ejecución de las labores de acuerdo al cronograma establecido.
Un proyecto de obra civil apropiado le garantizará el éxito de las obras, minimizará los retrasos y evitará los gastos extras fuera del presupuesto establecido.