Toda persona física o jurídica puede solicitarla. Eso sí, la condición indispensable es que la calificación energética de la vivienda sea óptima. Así, con la mejor calificación, el interés del préstamo será menor. Para ser considerado como inmueble verde, la calificación debe ser A+, A o B.
Recordemos que desde el año 2013 es necesario, tanto si deseamos vender como arrendar, contar con este certificado, el cual indica los niveles de emisión del hogar de gases a la atmósfera. Los hogares que no lo tengan pueden sufrir una multa de 6000 euros, aunque las viviendas menores de 50 metros cuadrados están exentas de solicitarlo.
Como en todas las hipotecas, debemos acreditar suficiente solvencia para devolver el préstamo y aportar un capital de ahorro inicial. Por ello, contar con dinero ahorrado o trabajo estable. Como ocurre con el resto de productos financieros de este tipo, es clave para que nos concedan el préstamo verde.